SELFI AMERICANO

Vaso Roto Ediciones, 2022

Con un epígrafe de Sõren Kierkegaard inicia Curtis Bauer su poemario: «El mayor de todos los peligros, perderse a sí mismo, puede ocurrir inadvertidamente en el mundo, como si no fuera nada». Y es que para este poeta el peligro yace en la distracción, en el no darse cuenta. Por ello, regresa a lo ido, a un pasado que requiere de una revisitación. Ya en su primer libro, Fence Line (2004) podíamos advertir el límite, el lenguaje tensado hasta la orilla.

Pensar en Bauer es pensar en la pintura de Giorgio Morandi: espacios, silencios, profundidades, barreras, límites. Al lado del padre Bauer niño lee de modo distinto el trazo, la línea, la luz y su concomitante sombra. Sabe que el pretexto del arte es la cosa y que después de mirarla se transforma en algo más y después en otra hasta que signifique aquello que no es. De eso trata Selfi americano: es el ojo que ha dejado de ver la realidad para entrar en la visión. América, las distintas américas que conforman la poesis de Bauer, se nos presenta en una crudeza llevada a la abstracción. Máquinas, manchas de petróleo, mares de tierra, salamandras, un mundo con atisbos de esperanza y su olor a jazmín.

Onda que se borra en el estanque, la escritura de Bauer se diluye en su propia tinta, pero ahora sus trazos son más sólidos, más seguros para enunciar su incertidumbre. Ha dejado de lado sus vacíos, y se ha llenado de una luz recuperada en la casa de su infancia: ese espacio espiritual se hace más grande, invita a la contemplación.

Aquí hay estaciones de una edad a la que Bauer regresa y se pregunta si la belleza es, si la justicia es, si la niña es, si el amor es, y si lo que muestra es lo que nos mantiene asidos a la patria.

“En este bello equilibrado poemario elegíaco, Curtis Bauer revisita lo sublime americano y lo rehace en estos momentos de penuria y desastres a través de una claridad digna y honorable. Bauer nos ofrece poemas de humana precisión y callado goce.”
—Vijay Seshadri

In English translation

Curtis Bauer begins his collection of poems with an epigraph by Sõren Kierkegaard : "The greatest hazard of all, losing one’s self, can occur very quietly in the world, as if it were nothing at all." For this poet, the danger lies in distraction, in not noticing. For this reason, he returns to what is gone, to a past that requires revisiting. Already in his first book, Fence Line (2004) we could notice the limit, the language stretched to the edge.

To think of Bauer is to think of Giorgio Morandi's paintings: spaces, silences, depths, barriers, limits. Beside his father, the painter Robert Bauer, the child reads the stroke, the line, the light and its concomitant shadow in a different way. He knows that the pretext of art is the thing and that after looking at it, it transforms into something else and then into something else until it means what it is not. That is what American Selfie is about: it is the eye that has stopped seeing reality to enter vision. America, the different Americas that make up Bauer's poetry, is presented to us in a crudeness taken to abstraction. Machines, oil stains, seas of earth, salamanders, a world with glimpses of hope and its scent of jasmine.

Wave that is erased in the pond, Bauer's writing is diluted in his own ink, but now his strokes are more solid, more sure to enunciate his uncertainty. He has put aside his emptiness, and has filled himself with a light recovered in his childhood home: that spiritual space grows larger, invites contemplation.

Here are seasons of an age to which Bauer returns and wonders if beauty is, if justice is, if the girl is, if love is, and if what she shows is what keeps us clinging to our homeland.

“In this beautifully balanced, elegiac book Curtis Bauer revisits the American sublime and restores to us, in our battered, bewildered moment, its clarity and dignity and honor. These are poems of an enduring human accuracy and a restrained, muted joy.”
—Vijay Seshadri